Se denomina hiposmia a la disminución de la capacidad olfativa, es decir a la disminución del olfato.
Aunque en la mayoría de los casos la hiposmia es un síntoma de una enfermedad no grave, si que puede dependiendo de su intensidad y duración, deteriorar significativamente la calidad de vida ya que altera el gusto. También puede poner en peligro la vida de las personas si no detectan olores nocivos como por ejemplo de un gas letal.
A pesar que el número de visitas a médicos de personas que se quejan de la disminución del olfato no es muy grande, algunos estudios que utilizan pruebas específicas para valorar el olfato han demostrado una prevalencia significativa de esta alteración y esta prevalencia aumenta con la edad. Se ha comprobado asimismo que el sentido del olfato en las mujeres es mejor que en los hombres.
En los últimos tiempos se ha relacionado la hiposmia con enfermedades neurodegenerativas. Diversos estudios han demostrado que la hiposmia puede ser un síntoma inicial y precoz de enfermedad de Parkinson.
¿Qué puede provocar hiposmia?
La causa más común de hiposmia son las afecciones de las vías respiratorias altas que causan inflamación de la mucosa nasal y obstrucción de los conductos nasales y sinusales. Entre estas frecuentes enfermedades están el resfriado, la rinitis y la sinusitis.
En relación con la sinusitis, la hiposmia es más frecuente cuando la sinusitis se cronifica y especialmente, cuando hay pólipos ya que ocasionan obstrucción nasal y además impiden mecánicamente el paso de aire hacia la zona nasal del epitelio olfatorio.
Otras causas de hiposmia menos frecuentes son el tabaquismo, aunque aún no hay datos evidentes del impacto del tabaco sobre la función olfatoria, y ciertos medicamentos como antihipertensivos, antitiroideos, antinflamatorios y antibióticos que ocasionan hiposmia como efecto secundario indeseado.
También afecta a la capacidad olfativa la exposición a sustancias tóxicas a niveles suficientes para dañar la función olfatoria. Estos casos de hiposmia suelen estar asociados con la actividad profesional y la inhalación continuada de polvo de metales pesados como el cadmio y el cromo.
Finalmente, hay una lista interminable de enfermedades que se han relacionado con una pérdida del olfato, desde neoplasias, hasta esquizofrenia pasando por la anorexia.
¿Cómo se trata la hiposmia?
No existe un único tratamiento para las alteraciones del olfato, el médico debe estudiar cada caso y aplicar el tratamiento adecuado.
Obviamente, el tratamiento de elección debe ser el etiológico, es decir el tratamiento de la causa.
Cuando además de hiposmia se padece congestión nasal, secreción nasal y dolor o presión facial el diagnóstico es sinusitis.
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